En las zonas urbanas los efectos de las inundaciones se han ido agravando debido a un desarrollo urbano desorganizado y falta de infraestructura, más que a la intensidad y frecuencia de las lluvias. La mejor solución para manejar el agua de lluvia es aprovechando el recurso de forma directa o infiltrándolo para la recarga de los acuíferos.
Efectos Humanos
El primer problema en el ámbito de las inundaciones es que la falta de planeación de las actividades humanas ha alterado el entorno, y con ello, se han establecido condiciones que frecuentemente dan lugar a inundaciones más severas. Debido principalmente a dos situaciones: un desarrollo urbano mal organizado y deterioro ambiental.
Cada vez se desarrollan más asentamientos humanos en zonas aledañas a los cuerpos de agua sin contar con una adecuada infraestructura de drenajes, trayendo consigo problemas de inundaciones cuando llueve en exceso o se desborda una corriente. Por otro lado, se ha incrementado el número de personas que viven o trabajan en zonas que originalmente formaban parte de algún cauce que ocasionalmente vuelve a llevar escurrimientos.
Adicionalmente, factores de la degradación del medio ambiente, tales como la deforestación, la erosión, etc., modifican la respuesta hidrológica de las cuencas, incrementando la ocurrencia y la magnitud de las inundaciones. A esta situación se le agrega una gestión deficiente de los recursos naturales que ha generado una transformación de las zonas boscosas en pastizales y en tierras de cultivo. La consecuencia es que el volumen de agua retenido en la parte alta de las cuencas es menor, escurre más rápido hacia la llanura y, consecuentemente, las inundaciones son más frecuentes y graves.
Otro efecto producido por el exceso de agua de lluvia y que presenta un grave peligro para la población son los deslaves producidos por la inestabilidad de laderas y los hundimientos de terreno. Poco más de 5.2 millones de personas viven en zonas susceptibles a que esto suceda. En México, las características del relieve, climatológicas y geológicas son propicias para el desarrollo de los movimientos de masa. No obstante, éstos se han incrementado de manera alarmante en la actualidad debido a la deforestación, la erosión, la alteración del drenaje y el asentamiento de los habitantes en sitios inadecuados para construir sus viviendas.
Alrededor de 24.6 millones de mexicanos viven en áreas susceptibles de sufrir inundaciones, la superficie inundable a nivel nacional suma 157 mil 324 kilómetros, El 65% de la población en riesgo se localiza en las partes bajas de las cuencas, 31% en las regiones medias y sólo 3% en las zonas altas . En el mapa se pueden ver las zonas de México en donde hay un mayor peligro de inundaciones.
Estas condiciones se ven empeoradas si se tiene en cuenta que a causa del cambio climático el ciclo hidrológico proyecta variaciones más pronunciadas por lo que se espera que eventos naturales como como los ciclones tropicales sean más impredecibles, frecuentes y tengan una mayor intensidad
Ciclones tropicales
Son fenómenos naturales que consisten en una gran masa de aire cálida y húmeda con vientos fuertes que giran en forma de espiral alrededor de una zona central de baja presión. Generan lluvias intensas, vientos fuertes, oleaje grande y mareas de tormenta. La temporada de ciclones tropicales en México suele iniciarse en la primera quincena del mes de mayo para el océano Pacífico, mientras que en el Atlántico durante junio, terminando en ambos océanos a principios de noviembre, siendo el mes más activo septiembre .
En México los ciclones tropicales generan la mayor parte del transporte de humedad del mar hacia las zonas semiáridas del país. En diversas regiones las lluvias ciclónicas representan la mayor parte de la precipitación pluvial anual.
Los ciclones se clasifican de acuerdo con la intensidad de los vientos máximos sostenidos. Cuando éstos son mayores de 119 km/h (33.1 m/s) se les conoce como huracanes, cuando oscilan entre 61 km/h (16.9 m/s) y 119 km/h (33.1 m/s) se denominan tormentas tropicales, y finalmente cuando los vientos son menores de 61 km/h (16.9 m/s) se designan como depresiones tropicales.
En los últimos 30 años, huracanes y tormentas afectaron a 8 millones de personas y han dejado daños por más 130 mil millones de pesos. Entre 1970 y 2008, impactaron las costas de México 170 ciclones tropicales.
Efectos en México
El paso de estos fenómenos naturales afecta de forma grave a la población y a su forma de vida. Una estimación de las víctimas fatales en México arroja 2,767 personas, lo que representa un promedio cercano a los 140 individuos fallecidos anualmente. En daños materiales se calcula un promedio aproximado de 227 millones de dólares de pérdidas anuales .
Lo peor es que esta situación parece estar empeorando año tras año, en 2010 las inundaciones afectaron a diversas zonas de México dejando graves consecuencias. El año empezó con inundaciones en el Valle de México, luego la tragedia afectó a Monterrey, y en septiembre el paso del huracán Karl, causó nueve muertos, siete desaparecidos, 40 mil evacuados, medio millón de afectados y 209 municipios de estados del sur en situación crítica . En todo el año se declararon en emergencia 620 municipios, 14 estados y un millón 100 damnificados. El costo de los desastres registrados fue de 39 mil millones de pesos, cifra nunca antes registrada .
En México, 37 millones de personas están expuestas a los efectos de huracanes y ciclones tropicales y 70% del territorio puede recibir impactos de estos fenómenos hidrometeorológicos. Los estados más vulnerables son: Estado de México, Distrito Federal, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Tamaulipas, Quintana Roo, Yucatán, Chihuahua, Oaxaca, Morelos, Guerrero, Puebla, Baja California Sur, Campeche, Sinaloa e Hidalgo.
Qué hacer ante las inundaciones
Para llevar a cabo acciones en contra de los daños causados por inundaciones, es indispensable emprender acciones de protección. Deben ser de dos tipos de medidas:
Estructurales (construcción de obras que permitan evitar o mitigar los daños provocados por las inundaciones. Por lo general son obras de retención, almacenamiento como las represas o de derivación de agua como hacer modificaciones al cauce (canalizarlo o entubarlo), construir bordos o muros de encauzamiento. También tomando como ejemplo grandes urbes, en el Distrito Federal se está ampliando todo un sistema de drenaje profundo que ayudará a expulsar el exceso de agua de lluvia que escurre por las superficies impermeables.
Instituciones: su finalidad es informar oportunamente a las poblaciones ribereñas de la ocurrencia de una posible avenida, para evitar riesgos y minimiza daños. Entre estas medidas, se incluyen los reglamentos de usos del suelo, las alertas oportunas, información sobre medidas de prevención, sistemas de monitoreo, programas de comunicación social y de difusión.
Captar y aprovechar el agua de lluvia también es una solución para mitigar inundaciones, ya que se puede controlar y almacenar el escurrimiento pluvial, evitando que se saturen drenajes y que aumenten el flujo de agua en zonas urbanas causando los efectos que se repiten cada temporada de lluvia y que puede ser catastróficos para la población.
Fuentes:
- Fascículos CENAPRED – Inundación, octubre de 2004
- Las cuencas Hidrológicas de México. Diagnóstico y priorización. Instituto Nacional de Ecología de México 2010.
- Informe Cambio Climático, una mirada regional en México Centro América y el Caribe. Cemda (2009) pg.54-56.
- Diagnóstico de Peligros e Identificación de Riesgos de Desastres en México. CENAPRED 2001.
- Fascículos CENAPRED – Inundación, octubre de 2004.
- Reforma Infografía de la semana del 25-29 de abril de 2011 (consultaron a Protección Civil, Servicio de Meteorológico Nacional, Conagua y Sedesol).
- Revista National Geographic en Español. “Una lucha contra natura”, Sergio Raúl López y Javier Pérez. Abril de 2010
- FAO. Information System on Water and Agriculture, Aquastat. Consultado en http://www.fao.org/AG/AGL/aglw/aquastat/main/index.stml. (15/07/2009)