17 objetivos para transformar nuestro mundo – ODS
24 July, 2023

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un llamado a la acción para conseguir un futuro sostenible. Este plan maestro diseñado por las Naciones Unidas, propone 17 desafíos globales que se interrelacionan entre sí para proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo.

Desafíos cada vez más críticos, a los cuales es fundamental darles solución: agua, el cambio climático, la degradación ambiental, la desigualdad, entre otros. El plan desarrollado en 2015, establece que se cumplan en un lapso de 15 años. Sin embargo, estamos cada vez más cerca del 2030 y aún se ven como algo lejano, así que es tiempo de entrar en acción.

Se Busca que sirvan como brújula para las políticas públicas, acuerdos internacionales y planes de empresas. Con el fin de promover la inversión en economías inclusivas y sostenibles por medio de la aplicación de la innovación tecnológica y financiera que impulse la aplicación de soluciones para cumplir con estos objetivos. Se necesitan cambios rápidos y sin precedentes, así como un mayor liderazgo, para adaptar estos mecanismos de cambio a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

 

Desarrollo Sostenible

Se ha definido como el desarrollo capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad para que las futuras generaciones también puedan atender sus necesidades propias. Para alcanzarlo, es fundamental armonizar tres elementos básicos: la protección del medio ambiente, la inclusión social y el crecimiento económico. Estos elementos están interrelacionados y son todos esenciales para el bienestar de las personas y las sociedades.

El reto de hacer frente al cambio climático

El cambio climático cada vez es más evidente y vemos cómo está afectando la salud pública, la seguridad alimentaria e hídrica. Las inversiones para hacer frente a sus efectos y fomentar el desarrollo sostenible, son dos caras de la misma moneda que se refuerzan mutuamente. Estos esfuerzos permitirán reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar la resiliencia ante las variaciones climáticas.

El informe señala asimismo que el cambio climático continúa produciéndose a una velocidad mayor de lo previsto. El 2021 fue el segundo año más cálido del que se tenga constancia y marcó el final de la década más cálida jamás registrada: 2010-2019. Al mismo tiempo, la acidificación de los océanos se acelera, la degradación del suelo continúa, hay especies masivas en riesgo de extinción y siguen predominando los patrones insostenibles de consumo y producción.

 

OBJETIVO 6- Gestión sostenible del agua

 

En pleno siglo XXI, miles de millones de personas siguen enfrentándose a diario a enormes dificultades para acceder a los servicios más elementales de disponibilidad de agua e higiene.

La gestión sostenible de los recursos hídricos impacta directamente a la salud, la producción de alimentos, la economía y la generación de energía. Para lograrlo es fundamental preservar los ecosistemas hídricos y su diversidad biológica.

Sin mejores infraestructuras y sin una gestión más eficaz, millones de personas seguirán muriendo cada año y se seguirán degradando los ecosistemas y su capacidad de resiliencia, socavando la prosperidad y los esfuerzos realizados por un futuro más sostenible.

Para cumplir con este objetivo destacamos las siguientes mentas:

6.1 Acceso universal y equitativo al agua potable

6.3. Mejorar la calidad reducir la contaminación, eliminando el vertimiento. Aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos.

6.4. Hacer frente a la escasez: Aumentar el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores. Asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua.

6.6. Proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua: bosques, montañas, humedales, ríos, acuíferos y lagos.

  • La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial y se prevé que este porcentaje aumente. Más de 1700 millones de personas viven actualmente en cuencas fluviales en las que el consumo de agua supera la recarga.

  • 3 de cada 10 personas carecen de acceso a servicios de agua potable seguros y 6 de cada 10 carecen de acceso a instalaciones de saneamiento gestionadas de forma segura.

  • Más del 80% de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación.

  • Cada día, alrededor de 1000 niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene.

  • Aproximadamente el 70% de todas las aguas extraídas de los ríos, lagos y acuíferos se utilizan para el riego.

  • Las inundaciones y otros desastres relacionados con el agua representan el 70% de todas las muertes relacionadas con desastres naturales.

 

 

9. Industria: innovación e infraestructura

La industrialización inclusiva y sostenible, junto con la innovación y la infraestructura, pueden dar rienda suelta a las fuerzas económicas dinámicas y competitivas que generan el empleo e ingresos dignos para más personas. Estas desempeñan un papel clave a la hora de introducir y promover nuevas tecnologías, facilitar el comercio internacional y permitir el uso eficiente de los recursos.

El crecimiento económico, el desarrollo social y la acción contra el cambio climático dependen en gran medida de la inversión en infraestructuras, desarrollo industMetas destacadas:

9.1. Desarrollar infraestructuras fiables, sostenibles, resilientes y de calidad (…) para apoyar el desarrollo económico y el bienestar humano.

9.3. Aumentar el acceso de las pequeñas industrias y otras empresas, particularmente en los países en desarrollo, a los servicios financieros, incluidos créditos asequibles, y su integración en las cadenas de valor y los mercados.

9.4. De aquí a 2030, modernizar la infraestructura y reconvertir las industrias para que sean sostenibles, utilizando los recursos con mayor eficacia y promoviendo la adopción de tecnologías y procesos industriales limpios y ambientalmente racionales.

rial sostenible y progreso tecnológico.
Es fundamental el respaldo de las industrias a la innovación y el desarrollo de infraestructuras resilientes, basadas en la naturaleza, que impulsen la restauración hídrica y ambiental. La innovación y el progreso tecnológico son claves para descubrir soluciones duraderas para los desafíos económicos y medioambientales, como el aumento en la eficiencia en el uso de recursos fundamentales como: el agua y la energía.

12. Producción y consumo responsables

El consumo y la producción mundiales (fuerzas impulsoras de la economía) dependen de los recursos naturales que nos provee el medio ambiente cada vez más limitados. Sin embargo, se están extrayendo de una manera que tiene efectos destructivos sobre el planeta. El progreso económico y social conseguido durante el último siglo ha estado acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro (y ciertamente, nuestra supervivencia).

Si no actuamos para cambiar nuestras modalidades de consumo y producción, seguiremos causando daños irreversibles al medio ambiente. Hay muchos aspectos del consumo que, con sencillos cambios, pueden tener un gran impacto en el conjunto de la sociedad. Por ejemplo, cada año, alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos termina pudriéndose en los cubos de basura. En lo que respecta a los consumidores, los hogares consumen el 29% de la energía mundial y contribuyen al 21% de las emisiones de CO2 resultantes.

La mala gestión y uso excesivo de agua contribuye a la escasez de agua mundial. Estamos contaminando los recursos hídricos más rápidamente de lo que la naturaleza puede reciclar y purificar en los ríos y los lagos. Es una cuestión apremiante que exige una solución sostenible.

La degradación de la tierra, la disminución de la fertilidad del suelo, la sobrepesca y la degradación del medio marino están disminuyendo la capacidad de la base de recursos naturales para suministrar alimentos.

Se destacan las siguientes metas:

12.2 Lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales.

12.5 Reducir considerablemente la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización.

12.6 Alentar a las empresas, en especial las grandes empresas y las empresas transnacionales, a que adopten prácticas sostenibles e incorporen información sobre la sostenibilidad en su ciclo de presentación de informes.

Encontrar nuevas soluciones que ofrezcan modalidades de consumo y producción sostenibles es fundamental para el desarrollo social y económico. Es preciso comprender mejor los efectos ambientales y sociales de los productos y servicios, tanto de los ciclos de vida como de la forma en que estos se ven afectados por su utilización en los estilos de vida.

Es el momento de cambiar los patrones de consumo y producción hacia un futuro más sostenible. Las empresas pueden también utilizar su poder innovador para diseñar soluciones que puedan inspirar y motivar a las personas a llevar estilos de vida más sostenibles, reduciendo los efectos y aumentando el bienestar.

El consumo y la producción sostenibles consisten en hacer más y mejor con menos. También se trata de desvincular el crecimiento económico de la degradación medioambiental, aumentar la eficiencia de recursos y promover estilos de vida conscientes y responsables. También pueden contribuir a la transición hacia economías locales, verdes y con bajas emisiones de carbono.

Existen dos formas principales de ayudar: 1. Reducir los desechos; y 2. Actuar de forma reflexiva a la hora de comprar y optar por una opción sostenible siempre que sea posible. Además de reducir los desechos que generamos puede hacerse de muchas maneras, desde asegurarnos de no tirar alimentos hasta reducir el consumo de plástico.

  • Si la población mundial llegase a alcanzar los 9600 millones en 2050, se necesitaría el equivalente de casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales precisos para mantener el estilo de vida actual.

  • 2000 millones de personas en todo el mundo tienen sobrepeso o son obesas.

 

11. Ciudades y comunidades sostenibles

El mundo cada vez está más urbanizado. Desde 2007, más de la mitad de la población mundial ha estado viviendo en ciudades, y se espera que dicha cantidad aumente hasta el 60 % para 2030. La rápida urbanización está dando como resultado un número creciente de habitantes en barrios pobres, infraestructuras y servicios inadecuados y sobrecargados (como la recogida de residuos y los sistemas de agua y saneamiento, carreteras y transporte), lo cual está empeorando la contaminación del aire y el crecimiento urbano incontrolado.

La rápida urbanización está ejerciendo presión sobre los suministros de agua dulce, las aguas residuales, el entorno de vida y la salud pública.

  • Las ciudades del mundo ocupan solo el 3% de la tierra, sin embargo, representan alrededor del 70 % de las emisiones de carbono mundiales, el 80% del consumo de energía y más del 60 % del uso de recursos.

  • La mitad de la humanidad, 3500 millones de personas, vive hoy en día en las ciudades y se prevé que esta cifra aumentará a 5000 millones para el año 2030.

  • Las ciudades y las áreas metropolitanas son centros neurálgicos del crecimiento económico, ya que contribuyen al 60 % aproximadamente del PIB mundial.

13. Acción por el clima

Cada vez es más evidente que el cambio climático está afectando a todos los países de todos los continentes. Está perjudicando vidas, afectando recursos naturales básicos, impactando la salud pública y alterando las economías nacionales. Los sistemas meteorológicos están cambiando, con fenómenos cada vez más extremos e impredecibles, precipitaciones erráticas, inundaciones catastróficas. Los niveles del mar están subiendo, las olas de calor cada vez son más intensas y destructivas, las sequías impactan los suministros de agua de zonas rurales y urbanas.

El Acuerdo de París, aprobado en 2015, aspira a reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático con el compromiso de mantener el aumento global de la temperatura durante este siglo muy por debajo de 2 grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales, sin embargo aún se está bastante lejos de esta meta. El acuerdo también aspira a reforzar la capacidad de los países para lidiar con los efectos del cambio climático mediante flujos financieros apropiados, un nuevo marco tecnológico y un marco de desarrollo de la capacidad mejorado.

Se destacan las siguientes metas:

13.1 Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales.

13.2 Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales.

13.3 Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos.

13.b Promover mecanismos para aumentar la capacidad para la planificación y gestión eficaces en relación con el cambio climático.

15 – VIDA DE ECOSISTEMAS TERRESTRES

Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad.

La diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas que sostiene pueden ser también la base para las estrategias de adaptación al cambio climático y reducción del riesgo de desastres, ya que pueden reportar beneficios que aumentarán la resiliencia de las personas a los efectos del cambio climático.

Los bosques cubren casi el 31% de la superficie de nuestro planeta. Los árboles nos proporcionan el aire que respiramos, al agua que bebemos y los alimentos que comemos. Alrededor de 1.600 millones de personas dependen de los bosques para su subsistencia, así como el equilibro de especies fundamentales en riesgos de desaparecer.

Para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas de todo el mundo, las Naciones Unidas declararon la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030). Para responder a nivel mundial ante la pérdida y degradación de los hábitats para restaurar la relación de los seres humanos con la naturaleza.

Los desastres naturales causados por la perturbación de los ecosistemas debido a la actividad humana y el cambio climático cuestan ya al mundo más de 300.000 millones de dólares al año. La deforestación y la degradación forestal se traducen en pérdida de hábitat para todas las especies, disminución de la calidad del agua dulce, aumento de la erosión del suelo, degradación de la tierra e incremento de las emisiones de carbono a la atmósfera. En resumen, no adoptar medidas sobre los bosques afecta tanto a la salud del planeta como a la de nuestras comunidades.

Inevitablemente, cambiamos los ecosistemas de los que formamos parte solo con nuestra presencia, pero podemos tomar decisiones que contribuyan a conservar la diversidad o a devaluarla. Entre algunas de las cosas que podemos hacer para ayudar están el reciclaje, comer alimentos producidos a nivel local y de manera sostenible, consumir solamente lo que necesitamos y limitar el uso de energía mediante sistemas eficientes de calefacción y refrigeración.

Las zonas protegidas bien gestionadas contribuyen a tener ecosistemas saludables, lo que a su vez redunda en la salud de las personas. Por tanto, es esencial garantizar la participación de las comunidades locales en el desarrollo y la gestión de estas zonas protegidas.

  • Los bosques albergan a más del 80% de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos.
    Entre 2010 y 2015, el mundo perdió 3,3 millones de hectáreas de áreas forestales.
  • 2.600 millones de personas dependen directamente de la agricultura, pero el 52% de la tierra utilizada para la agricultura se ve moderada o severamente afectada por la degradación del suelo.
  • La pérdida de tierras cultivables se estima en 30 a 35 veces la tasa histórica
  • Debido a la sequía y la desertificación, se pierden 12 millones de hectáreas cada año (23 hectáreas por minuto). En un año, podrían haberse cultivado 20 millones de toneladas de grano.

Fuente: ONU

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