Se declara que la basura es la principal causa de las inundaciones. La realidad es que contribuye más no es la única, el agua de lluvia barre la basura y contaminación que se encuentra en las calles y techos.

Muchas veces la basura queda obstruyendo la entrada de agua a coladeras y otras más entra al sistema de drenaje y acentúa la pérdida de capacidad al ocupar el espacio que debería ir lleno de agua y evita que esta circule.

 

Pero el verdadero problema es una infraestructura de drenaje pluvial insuficiente e ineficiente. A medida que se han ido desarrollado las zonas urbanas, se ha reducido la capacidad de la naturaleza para recibir y absorber el agua de lluvia. A la vez que han aumentado las superficies impermeables, asfalto y cemento, lo cual permite que se infiltre tan solo un 5% del agua de lluvia, aumentando los escurrimientos un 55% que se dirigen hacia los puntos bajos generando inundaciones, sobre todo si se tiene en cuenta que el sistema de drenaje no ha aumenta con el mismo ritmo del desarrollo urbano, consecuencia el sistema recibe más agua y no es capaz de desalojarla.

 

 

Proponemos tres soluciones:

1) Promover el aprovechamiento del agua de lluvia en el punto, sobre todo en las grandes superficies de captación como centros comerciales, industrias o desarrollos habitacionales, así se evitará que el agua de lluvia que escurre en esas zonas sea descargada al drenaje. Sabemos que en nuevos desarrollos en Distrito Federal, Hidalgo y Estado de México exigen que se aproveche el agua de lluvia y prohíben descargarla. También se debe incentivar para que la gente a nivel de hogar reciba el agua de lluvia en su casa y la aproveche.

2) A nivel Municipal también se puede aprovechar en edificios y la que escurre por las calles en las zonas en las que el terreno lo permite se debe infiltrar para recargar los acuíferos, pero antes de hacerlo debe pasar por un tratamiento adecuado que asegure la calidad con la que se está descargando, esto también prologa la vida útil de los pozos de infiltración. En Tlalpan el Sistema de Aguas de la Ciudad (SACMEX) ha colocado una serie de baterías de pozos, pero estos salen pronto de combate porque no tienen el sistema de tratamiento adecuado y se llenan de grasas, tierra y basura. En la Iztapalapa la Delegación está haciendo un esfuerzo similar.

3) Regular el agua de lluvia en las zonas altas para permitir que escurra poco a poco a las bajas, cuando estas ya tengan la capacidad de desfogar.

Existen soluciones que permitirán hacer un manejo eficiente y sustentable del agua de lluvia. Sin embargo se sigue invirtiendo en infraestructura inadecuada que al poco tiempo es ineficiente.

Que mejor ejemplo de medidas inadecuadas para hacer frente al problema del manejo del agua de lluvia que la de Huixquilucan:

Destina Huixquilucan, en 5 años, $10 millones para trabajos

Fuente: Reforma – domingo 13 de julio

Atribuye el titular del sistema de agua fallas a saturación del colector central

Este año, el Sistema de Aguas Huixquilucan destinó 3.5 millones de pesos a la adecuación de dos drenajes, uno en la Calle Hacienda de las Golondrinas y otro en Villa de las Lomas, pero tan sólo en junio pasado las casas de ambas calles se anegaron en tres ocasiones.
En Hacienda de las Golondrinas, la administración que encabezó Alfredo Del Mazo entre 2009-2012 invirtió casi 900 mil pesos en un cárcamo, que ya tuvo adecuaciones.

Durante este periodo también se construyeron dos cárcamos en Fuente de Hermes y Fuente de Diana, en los que se invirtieron 1.4 y 1.5 millones de pesos, respectivamente.

También destinó 2.7 millones de pesos para la construcción de un cárcamo en el cruce de las calles Boulevard Magnocentro y Boulevard Interlomas, en la zona conocida popularmente como glorieta del Krispy Kreme, donde el 12 de junio quedaron varados 5 vehículos tras una fuerte precipitación.

El director del sistema de agua local, Arturo Martínez, aseguró que el problema es la capacidad rebasada del colector central, que corre por Vialidad de la Barranca.

La Comisión Nacional del Agua realizó una inspección del ducto, con la ayuda de buzos, para evaluar su estado y proponer al organismo una solución para optimizar el desalojo del agua pluvial en la zona.