Un humedal es una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan.(3)
La función principal del humedal, aparte de ser un gran ecosistema y un importante hábitat para muchos seres vivos, es que actúan como filtradores naturales de agua. Esta acción se debe a que sus plantas hidrófitas, gracias a sus tejidos, almacenan y liberan agua, y de esta forma hacen un proceso de filtración.
Antiguamente los humedales eran drenados por ser considerados una simple inundación de los terrenos, pero hoy en día se lucha por conservarlos debido a su importancia como hábitat que conserva una gran variedad de biodiversidad. Si bien la conservación de los humedales estuvo favorecida hasta épocas recientes por la dificultad para habitarlos, los proyectos de transformación recientes constituyen un grave riesgo para las especies endémicas.
A pesar de su importancia, las tierras húmedas en todo el mundo se encuentran amenazadas, debido a la conversión intensiva de la tierra para la agricultura o acuicultura, el desarrollo industrial, los cambios hidrológicos artificiales o la degradación causada por la explotación excesiva.
Los humedales que se encuentran en zonas urbanas o cerca de desarrollos de vivienda, pueden verse afectados por la contaminación, ya que el escurrimiento pluvial en estas zonas lleva una mezcla tóxica de sedimentos, basura, hidrocarburos, aceites y grasas. Elementos que contaminan el agua y ponen en riesgo los ecosistemas y la vida.
En Soluciones Hidropluviales ofrecemos sistemas que permiten que el escurrimiento pluvial pase por un proceso que separa, remueve y filtra los contaminantes que arrastra la lluvia en su paso por superficies impermeables en zonas urbanas. Nuestros equipos cuentan con tecnología que utiliza la fuerza del agua para aislar sedimentos, basuras, arrastres, grasas y aceites. Además poseen un diseño que impide que los contaminantes vuelvan a mezclarse con el flujo limpio.
Una vez el escurrimiento pluvial ha pasado por este proceso puede ser infiltrada en los acuíferos o direccionarla hacia ríos o afluentes evitando que se contaminen y permitiendo que el agua de lluvia continúe alimentando las reservas de agua y contribuyendo a la conservación de los hábitats naturales.
3- Definición establecida en el Convenio de Ramsar, celebrado en el año 1971 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés).