Año con año los efectos del cambio climático se están intensificando, las situaciones son cada vez más graves e impactantes y evidentes: tormentas más intensas, lluvias torrenciales y desastres naturales sin precedentes para los cuales no están preparadas las ciudades. La infraestructura está colapsando, poniendo el resigo la vida de muchas personas y generando graves daños económicos.
El 2024 es el año más caluroso registrado hasta el momento, según el servicio de vigilancia del cambio climático Copernicus. Lo que está implicando una mayor pérdida de hielo de los glaciares, la subida del nivel del mar y el calentamiento de los océanos se aceleran; y los fenómenos meteorológicos se están volviendo más extremos y frecuentes.
Este año se perfila como el más cálido registrado, superando por primera vez el umbral de 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, un hito que ha exacerbado los desastres naturales. Este aumento está relacionado con fenómenos como huracanes más intensos, que cambian de categoría de forma repentina; olas de calor prolongadas, lo que ha generado un impacto significativo en el ciclo del agua global, afectando las reservas de muchos países, así como generando lluvias torrenciales y sequías extremas.
Durante 2024, los efectos del cambio climático relacionados con el agua han sido particularmente graves, marcados por un aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos extremos y dejando en evidencia la enorme vulnerabilidad en la que se encuentra la población sin importar que sea Estados Unidos, Europa, Asia o África.
Huracanes y tormentas tropicales:
Este año se ha observado un aumento en la intensidad de huracanes y tormentas debido a las altas temperaturas en los océanos. Estas condiciones han amplificado la energía disponible para los ciclones, resultando en fenómenos más devastadores. La región del Atlántico ha experimentado huracanes más potentes y destructivos que han afectado zonas como el Caribe y la costa este de EE. UU. Así como el Pacífico en México, volviendo a quedar devastado Acapulco. Situación que ha afectado a miles de personas, causando daños económicos significativos y enormes afectaciones en la infraestructura.
- El huracán Beryl fue excepcionalmente fuerte y afectó partes del Caribe, Estados Unidos y la Península de Yucatán. Se intensificó rápidamente y alcanzó la categoría 5 en poco tiempo, fallecieron 64 personas y causó daños por más de 5 mil millones de dólares.
- Poco tiempo después el ciclón Milton, mostró un aumento sobresaliente, con un incremento de más de 144.84 km/h en 24 horas, estableciendo uno de los registros más altos en este aspecto, y también poco tiempo pasó a ser un ciclón de categoría 5.
- Acapulco fue impactado en 2023 por Otis, un huracán de categoría cinco, con vientos de hasta 300 kilómetros por hora que destrozó la urbe y su infraestructura. La ciudad apenas conseguía sobreponerse, y menos de un año después, la impactó el huracán John que dejó en cuatro días de lluvia el volumen de agua se suele precipitarse en un año, provocando graves inundaciones y deslaves.
Inundaciones:
Las lluvias extremas, intensificadas por el cambio climático, han generado inundaciones más severas en varias regiones del mundo. Según la NASA, en 2024 se han registrado eventos de lluvias torrenciales que han sobrepasado récords históricos, especialmente en Asia, América Latina y Europa, donde muchas comunidades han sido afectadas de forma grave. Además, la deforestación y la urbanización sin planificación han agravado estos eventos al reducir la capacidad natural de absorción del agua por los ecosistemas.
- Brasil sufrió grandes inundaciones entre abril y mayo que afectaron 478 poblaciones, fallecieron 173 personas, dejaron 38 desaparecidos y 423.486 desplazados. Se estima que el costo estimado para reparar los daños será de $3.700 millones de dólares.
- La Depresión Aislada en Altos Niveles (DANA) afectó España dejando a su paso destrucción en la Comunidad Valenciana, en Castilla-La Mancha y Andalucía. Las lluvias intensas desbordaron ríos y colapsaron la infraestructura de poblados y ciudades, 220 personas fallecieron. Dos semanas después se generó un fenómeno de la misma categoría golpeando de nuevo la zona del arco mediterráneo, se estima que estos fenómenos afectaron al menos a 3.263.000 habitantes –el 6,9% de la población total española—y se calcularon pérdidas de 122.132 millones de euros.
Sequías:
En contraste, diversas regiones del mundo enfrentaron sequías prolongadas, impactando la agricultura y el suministro de agua potable. Países en América Latina, África y partes del sur de Europa, han visto sus recursos hídricos disminuir drásticamente, lo que ha generado crisis alimentarias y conflictos por el acceso al agua.
- En México entre mayo y junio, se enfrentaron olas de calor extremo que provocaron que al menos 125 personas fallecieran a causa de enfermedades relacionadas con el calor este año. Por otro lado, gran parte de las presas que abastecen al país estuvieron al límite sobre todo las del sistema Cutzamala que proporciona el 30% del suministro de la Ciudad de México y su zona metropolitana.
Incendios forestales:
La combinación de temperaturas récord, olas de calor, sequías prolongadas y fuertes vientos ha exacerbado la temporada de incendios forestales en 2024. Estados Unidos, Canadá, Australia y regiones del Mediterráneo han enfrentado incendios de gran escala, que no solo destruyen bosques y propiedades, sino que también empeoran la calidad del aire y amenazan la salud pública.
- Los incendios forestales en Chile provocaron la muerte de al menos a 131 personas y destruyeron más de 14.000 hogares.
- Devastadores incendios forestales quemaron aproximadamente 440.000 hectáreas en los humedales del Pantanal brasileño, amenazando las actividades económicas y matando a muchos animales salvajes.
Cumbre del cambio climático
Estos eventos climáticos refuerzan la urgencia de adoptar medidas más estrictas en la cumbre climática COP29 en Bakú, Azerbaiyán. Es el momento decisivo para reforzar las accione decididas para hacer frente al cambio climático, reducir emisiones y mitigar sus efectos que ya están causando estragos a nivel global. No se puede seguir aplazando la responsabilidad para atender con urgencia los asuntos pendientes:
Principales Retos que deben ser acordados para conseguir avanzas tangibles:
- Incrementar la ambición climática: Aún hay una brecha significativa entre los compromisos actuales de reducción de emisiones y lo necesario para limitar el calentamiento global a 1.5°C que ya se alcanzó este año.
- Asegurar financiamiento climático: Un tema crítico es cumplir el compromiso de movilizar 100 mil millones de dólares anuales para apoyar a los países en desarrollo en sus esfuerzos de adaptación y mitigación. Sin un acuerdo sólido sobre financiamiento, los países más vulnerables seguirán enfrentando dificultades para adaptarse al cambio climático.• Establecer reglas claras para los mercados de carbono: Tras años de negociaciones, aún falta definir las reglas del Artículo 6 del Acuerdo de París para garantizar que los mercados de carbono promuevan reducciones reales de emisiones y eviten la doble contabilización.
- Enfocar la adaptación como prioridad: Aunque la mitigación sigue siendo clave, la COP29 pondrá un mayor énfasis en la adaptación climática. Esto incluye medidas para proteger a las comunidades más afectadas por fenómenos extremos como sequías, tormentas e inundaciones.
- Justicia climática y equidad: Es esencial asegurar que las voces de los pueblos indígenas, mujeres y jóvenes sean escuchadas y consideradas en las decisiones, promoviendo un enfoque más inclusivo y equitativo.
La gestión del agua como medida de adaptación
La gestión eficiente del recurso pluvial es una estrategia crucial para enfrentar los efectos del cambio climático, especialmente en regiones como México que experimentan extremos climáticos. Aquí algunos puntos destacados:
- Captación y almacenamiento del agua de lluvia: Desarrollar sistemas para recolectar y almacenar agua de lluvia puede mejorar la seguridad hídrica, proporcionando recursos vitales durante épocas de sequía y disminuyendo la dependencia de fuentes de agua cada vez más escasas.
- Prevención de inundaciones: Infraestructuras verdes como jardines de lluvia, camellones infiltrantes y parques inundables ayudan a absorber el exceso de agua, reduciendo la probabilidad de inundaciones en zonas urbanas y protegiendo los ecosistemas locales.
- Promover la infraestructura verde: impulsar la adopción de soluciones naturales para la gestión del agua de lluvia en entornos urbanos y rurales. Facilita la irrigación y mejora la resiliencia ante sequías prolongadas.
- Recarga de acuíferos: La infiltración controlada de agua de lluvia contribuye a la recarga de acuíferos, protegiendo fuentes de agua subterránea que son esenciales para muchas comunidades.
- Reducción del efecto de isla de calor: Incorporar soluciones basadas en la naturaleza para gestionar el agua de lluvia ayuda a enfriar las ciudades, mitigando el efecto de isla de calor urbano.
La COP29 en Bakú será un momento decisivo para reforzar las acciones frente al cambio climático. La gestión del agua de lluvia es una pieza clave en la estrategia de adaptación, permitiendo a las comunidades enfrentar los desafíos climáticos con mayor resiliencia