Día del Agua 2022
Por: Sebastián Serrano Silva
La mayoría de habitantes de las ciudades nos hemos acostumbrado a abrir la llave y recibir el líquido casi mágicamente. No sabemos de dónde viene cada gota, por las tuberías y tanques por los que ha pasado, los kilómetros que ha recorrido, los tratamientos a los que ha sido sometida. Su origen es desconocido, no tenemos ni idea si viene de ríos, lagos o si el agua es extraída del fondo de la tierra.
En México se puede decir que la principal fuente de agua son las reservas subterráneas. Sin embargo, uno de los grandes problemas que tiene esta fuente es que es invisible, está escondida bajo tierra, no las vemos correr. A pesar de que su impacto es más que notorio para todo lo que hacemos: desde quitarnos la sed, bañarnos, comer, hasta producir una camisa. En México, el agua extraída de pozos se utiliza para el riego de 2 millones de hectáreas y cubre 50% de la demanda de la industria, el suministro de 70% de las ciudades y el de casi toda la población rural.
Sin embargo, 40 millones de personas vivimos en zonas en donde se está sacando mucha más agua de la que se recarga de forma natural, en otras palabras, estamos vaciando sin control nuestras reservas de agua. Ya existen acuíferos sobre explotados que representan casos críticos, empezando por la Ciudad de México y su zona metropolitana, en donde el 75% de los casi 20 millones de habitantes, dependen del agua subterránea . Pero otras zonas como la región de La Laguna (Coahuila-Durango), Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro, también tiene una grave situación de agotamiento de las reservas subterráneas.
Por eso es fundamental darles visibilidad a los acuíferos, estas formaciones que se encuentran bajo tierra y que como si fuera una esponja entre rocas, arenas y gravas, contienen cantidades importantes de agua (ONU, 2022).
Lo más preocupante es que no se tienen estudios precisos y hay muy poca difusión sobre el funcionamiento del agua subterránea y su verdadera disponibilidad. En otras palabras, sabemos que estamos vaciando el tanque, pero no sabemos qué tanto porque no podemos ver el fondo.
Para empezar a comprender un poco se debe ir a la raíz ¿Cómo llegó el agua al subsuelo? Según el funcionamiento del ciclo del agua, una vez inicia la lluvia la mayoría es absorbida por la vegetación, lo que no acumulan las plantas, sigue escurriéndose por la tierra y se va infiltrando poco a poco en el suelo, formando por un lado los ríos y por otro las reservas de agua subterráneas. Sin embargo, a medida que se van talando los bosques para construir impresionantes edificios de cristal, arrancando la vegetación para construir preciosas banquetas y asfalto para que puedan transitar tranquilamente los coches; el agua ya no es absorbida por la tierra y simplemente corre por la superficie impermeable. Cuando llueve en la ciudad vemos los efectos de esto, como el agua no desaparece mágicamente, las avenidas se convierten en ríos y los centros comerciales en lagos. Así es como la urbanización ha roto de forma dramática con el ciclo hidrológico y por eso se agrava al doble nuestra crisis de agua, la que tenemos acumulada en el acuífero la estamos extrayendo sin fin y al haber construido en las zonas de infiltración, estamos impidiendo que se vuelva a recargar.
La solución sin lugar a duda está en volver a rellenar esta delicada reserva de agua. En las ciudades en donde se tiene cada vez menos espacio, se deben desarrollar puntos estratégicos y aplicar sistemas de drenaje urbano sostenible que permitan retener y regresar el agua de lluvia hacia el subsuelo. En espacios públicos como parques y camellones, se pueden aplicar diferentes técnicas como tanques, tuberías con orificios o galerías que contienen el agua y luego permiten que esta sea absorbida poco a poco por el terreno. Si se combinan con soluciones basadas en la naturaleza como jardines infiltrantes el resultado va a ser exponencialmente mayor.
Es más, si se aprovechan los ríos de agua que escurren por las calles después de la tormenta, la solución es doble, ya que se mitigan las inundaciones. Actualmente la técnica más utilizada para regresar el agua de lluvia a los mantos acuíferos son los pozos de absorción. Sin embargo, es fundamental garantizar que se retiren los contaminantes que arrastran los escurrimientos pluviales como: las basuras, la tierra y los aceites. De este modo, se estará recargando agua limpia y también se permitirá que los pozos tengan una vida útil mayor.
Cada gota que se ahorre o reutilice, recuperará el delicado equilibrio del ciclo del agua y asegurará su disposición actual y para las generaciones que vienen. No hay agua más cara que la que no se tiene, si no se recargan los acuíferos, se estará agotando la principal fuente de líquido para gran parte de la población y la agricultura. Aunque no se vea el fondo del tanque lo seguimos vaciando sin control y cada vez es más difícil sacar agua de las entrañas de la tierra.
FUENTES:
- Comisión Nacional del Agua, Estadísticas del Agua en México. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. México, 2014.
- Jiménez B., Torregosa L. y Aguilar L. (comp.), 2010. El agua en México Cauces y Encauces. Academia Mexicana de Ciencias. México 2019.
- Jiménez B. y Galizia J. (comp.), 2012. Torregosa L. Los recursos hídricos en México. Diagnóstico del agua en las américas (pp.309-357). Ciudad de México. Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
- Naciones Unidas, 2022. Portal especial del Día Mundial del Agua (https://www.un.org/es/observances/water-day) (Consulta: marzo 16 de 2022)
- Unesco, 2019. Informe Mundial de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos No dejar a nadie atrás.
- Estrategias para la Sustentabilidad Hídrica del acuífero del Valle de México. Fernando González Villareal. Revista H2O-Gestión del Agua, abril-junio 2016 (pg.4-9)