“El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente”. (Día Mundial del Agua ONU)
El agua de lluvia es un suministro de agua que en la actualidad se está desperdiciando. Anualmente México recibe del orden de 1,489 miles de millones de m³ de precipitación, de los cuales sólo se infiltra 4.7%. En la mayoría de situaciones este recurso no aprovechado genera inundaciones y finalmente la lluvia va a parar al drenaje en donde se contaminan con las aguas negras.
Si esas gotas de lluvia se aprovechan y se utilizan en cada casa, puede lograr una reducción considerable en el consumo de agua. La necesidad de agua potable en una casa es de aproximadamente el 40%, la proporción restante se puede remplazar con la lluvia, que ofrece buena calidad para usos como sanitarios, riego, limpieza de superficies o ropa. Además si los escurrimientos pluviales son captados y aprovechados a gran escala, en industrias, centros comerciales, desarrollos habitaciones o incluso a nivel municipal, el potencial de ahorro es mayor.
Desde su origen, el agua de lluvia es un recurso de muy buena calidad. Sin embargo, su pureza depende en gran medida de las superficies por las que escurre como techos y calles, arrastrando contaminantes como basuras plásticas o vegetales, aceites y sedimentos. Sin embargo, este tipo de contaminantes se pueden retirar por medio de Separadores de Vórtice, o Filtros de Flujo Ascendente que funcionan con la fuerza del agua.
Otra solución a gran escala para el manejo del agua de lluvia, es incrementar la recarga de los acuíferos por medio de pozos de infiltración. Por ejemplo un estudio realizado por la Universidad Autónoma Metropolitana de Iztapalapa demostró que si en el Distrito Federal se construyen 2,500 pozos de absorción se puede llegar a un equilibrio entre el agua que se infiltra y el agua que se extrae del acuífero. Solución que se puede aplicar en las distintas zonas del país que presente sobre explotación de los acuíferos y donde los suelos permitan la infiltración.
Casos de Éxito:
• Industria aprovecha y reutiliza el agua de lluvia en Puebla
• Infiltración del agua de lluvia en Estado de México
• Proyecto de gestión y aprovechamiento pluvial en Monterrey
• Edificios innovadores aprovechan el agua de lluvia y obtienen créditos LEED