Acción para hacer frente al Cambio Climático
El cambio climático es un hecho y el gran reto que tenemos como especie para los próximos 100 años. Tendremos que hacer todo lo posible para mitigar sus efectos y reducir la emisión de gases de efecto de invernadero, adaptarnos a las modificaciones en nuestras condiciones de vida que va a seguir provocando y encontrar las estrategias para ser resilientes.
Los océanos se han calentado, la cantidad de nieve y de hielo ha disminuido, y ha subido el nivel del mar. Situación que está afectando las corrientes marinas, los patrones de lluvia e incrementando la intensidad de los huracanes. En las costas se ven los resultados, entre 1901 y 2010, el nivel medio del mar aumentó 19 cm, pues los océanos se expandieron debido al calentamiento y al deshielo de Antártida y Groenlandia. La extensión del hielo marino del Ártico se ha reducido en los últimos decenios desde 1979, con una pérdida de hielo de 1,07 millones de km² cada decenio.
En el norte, la capa de hielo de Groenlandia ha experimentado una fusión récord en los últimos años. Los datos satelitales muestran un aumento promedio en el nivel global del mar de unos 3 milímetros por año en las últimas décadas. Si se fundiera toda la capa de 2,8 millones de kilómetros cúbicos, los niveles del mar aumentarían en 6 metros.
El 2019 fue el segundo año más caluroso de todos los tiempos y marcó el final de la década más calurosa (2010-2019) que se haya registrado jamás. El calentamiento ha alcanzado ya los 1,1 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales y ya se están viendo las consecuencias en el sistema climático global.
El efecto en el comportamiento de las lluvias y los periodos de sequía ya se puede sentir en diversas regiones en la forma de olas de calor, incendios devastadores, pérdidas de cosechas y muerte de ganado.
Segundo la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el año más cálido que se ha identificado fue 2016, seguido de 2017, 2015 y la temperatura media mundial en los diez primeros meses de 2018, superó aproximadamente en un grado centígrado la de la era preindustrial (1850-1900). Los úlitmos 7 años, entre 2015, han sido los más calidos registrados hasta ahora. Los científicos y los responsables de la formulación de políticas han argumentado que mantener el aumento de la temperatura en 1,5°C es un límite más seguro para el mundo.
La mayoría de los glaciares en las regiones templadas del mundo y a lo largo de la Península Antártica están decreciendo. En el Polo sur en 2012, la extensión del hielo alcanzó un récord mínimo que fue 50% más bajo que el promedio de 1979-2000.
Los efectos que está generando el cambio climático
Los desastres naturales son cada vez más impredecibles, incontrolables y tiene mayor intensidad, lo que ha generado un aumento del número de muertes por inundaciones, tormentas, olas de calor y sequías. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los desastres naturales relacionados con el clima han causado en promedio más 60,000 muertes al año.
En la última década, las tormentas e inundaciones han generado un desplazamiento mundial de 21 millones de personas al año (la población de la zona metropolitana de la Ciudad de México), según un reporte de organización internacional de análisis de datos Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno.
Los cambios podrían impulsar la escasez de agua dulce, modificaciones radicales en las condiciones de producción de alimentos. Debido a la extinción de plantas y animales, ya que las modificaciones en el clima están llevando a que los hábitats se modifiquen más rápido de lo que las especies pueden adaptarse.
Por otra parte, los costos se amplían año con año, en la última década se han representado pérdidas récord en todo el planeta superan los $340.000 millones de dólares, según la aseguradora Munich Re.
Las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por las actividades humanas hacen que esta amenaza aumente. Entre 2000 y 2010 se produjo un incremento de las emisiones mayor que en las tres décadas anteriores. Los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero en la atmósfera aumentaron hasta niveles récord en 2019. Si no actuamos, la temperatura media de la superficie del mundo podría aumentar unos 3 grados centígrados este siglo y en algunas zonas del planeta podría ser todavía peor.
Los combustibles fósiles (el petróleo, el gas natural y el carbón), son responsables de alrededor del 80% de los gases de efecto invernadero que expulsa el ser humano y que acaban en la atmósfera sobrecalentando el planeta. Lo que se intenta es reducirlos de tal manera que el incremento de la temperatura media global se quede dentro de unos límites de seguridad: que no se supere la barrera de los 2 grados y, en la medida de lo posible, los 1,5.
¿Qué es el efecto invernadero?
Fuente: BBC Mundo
El efecto invernadero se refiere a la forma en que la atmósfera de la Tierra atrapa parte de la energía del Sol. Esa energía solar que se irradia hacia el espacio desde la superficie de la Tierra es absorbida por los gases de efecto invernadero y remitida en todas direcciones.
La energía que se irradia hacia el planeta calienta por una parte a la atmósfera inferior, y por otra a la superficie.
Los científicos han comprobado que estamos contribuyendo activamente al efecto invernadero natural con los gases liberados por la industria y la agricultura (conocidos como emisiones), los cuales hacen que se atrape más energía y aumente la temperatura.
El principal de estos gases es el dióxido de carbono (CO2). La mayoría de las emisiones de este gas son producidas por el hombre y se liberan a través de la quema de combustibles fósiles, pero también por la reducción de los bosques que absorben carbono. Además, persiste durante mucho más tiempo (tardaríamos cientos de años en volver a los niveles preindustriales).
Otros gases de efecto invernadero, como el metano y el óxido nitroso, también se liberan a través de actividades humanas, pero su abundancia general es pequeña en comparación con el dióxido de carbono.
La caja de pandora del ciclo del agua
Fuentes: Revista Cambio y Climate Reality Project
En gran parte México depende de los huracanes para recibir las lluvias, que son las que mantienen las temporadas agrícolas y recargan nuestras reservas subterráneas de agua. México por su posición geográfica, entre dos océanos y en la línea de los grandes desiertos, está sometido al grave riesgo de eventos climáticos extremos: huracanes, ciclones tropicales, sequías, incremento del nivel del mar, etc. Todas estas modificaciones entrelazadas traen a su vez un efecto que no se nota de forma inmediata, pero que es más profundo y dramático, la modificación del ciclo del agua. Incluso sus consecuencias pueden ser confusas y contradictorias como: lluvias más intensas y sequías extremas.
El aumento de las temperaturas globales perturba todo el sistema climático, afectado directamente procesos naturales como la concentración del vapor de agua, las nubes, las lluvias y los patrones de flujo de las corrientes.
Los océanos almacenan el 90% del exceso de calor y su temperatura media ha aumentado hasta ahora en 0.5 grados. Esto genera que la tasa de evaporación desde el océano incremente a medida que el mundo se calienta, lo que ha influido en la intensidad que han adquirido las tormentas tropicales, incluidos huracanes.
Un estudio concluye que aproximadamente el 60% de la lluvia que caen la tierra proviene de la humedad originada en los océanos y otro 40% de la que se recircula en los continentes. A medida que la atmósfera se calienta, puede retener más humedad, lo que contribuyen a generar lluvias más extremas, por tanto, riesgo de inundaciones.
Incremento de intensidad de los huracanes
Al incrementar las temperaturas, las tormentas tienen la capacidad de absorber más energía que resulta de los océanos más calientes. Así los Huracanes llegan a las orillas con vientos más intensos y dañinos, lluvias muy intensas, y tormentas más fuertes, incrementando los riesgos a la población, la salud y llevando a daños más devastadores en las costas.
El incremento del nivel de los océanos alrededor del mundo, aumenta aún más el riesgo de que tormentas más intensas surjan de los huracanes, que se movilizan cada vez hacia el interior de la tierra con una probabilidad más alta de que ocurran inundaciones. En el noroeste del océano pacífico, los huracanes se han hecho 10 veces más dañinos desde 1970, e incluso se esperan tormentas más fuertes en el futuro.
Cómo el cambio climático está generando más sequías
A medida que las temperaturas se incrementan, también la evaporación y los suelos se secan. Cuando la lluvia viene, a menudo cae en aguaceros violentos, que arrastran los nutrientes del suelo, generando mayor erosión, y evitan que se desarrollen los cultivos y las plantas. A diferencia de mojar suavemente el suelo, la lluvia golpea con fuera la tierra y se escurre, generando inundaciones desastrosas antes de drenar en los ríos, que también aumentan su caudal de golpe y finalmente descargándose en el mar con los nutrientes del suelo. Al no tener la capacidad de absorber el agua, los suelos permanecen secos y el incremento de la temperatura global genera mayor evaporación y por lo tanto incrementa el riesgo de sequías.
El incremento del nivel de los océanos alrededor del mundo, aumenta aún más el riesgo de que tormentas más intensas surjan de los huracanes, que se movilizan cada vez hacia el interior de la tierra con una probabilidad más alta de que ocurran inundaciones. En el noroeste del océano pacífico, los huracanes se han hecho 10 veces más dañinos desde 1970, e incluso se esperan tormentas más fuertes en el futuro.
En zonas en donde antes se podía esperar una cantidad constante de lluvia, ahora está experimentando lluvias más extremas e impredecibles, que van desde ni una gota, muy poca, hasta aguaceros torrenciales.
Efectos en la seguridad alimentaria
Fuentes: El País y The Lancet Countdown
La ONU señala que entre 1880 y 2012, la temperatura media mundial aumentó 0,85 grados centígrados. Esto quiere decir que por cada grado que aumenta la temperatura, la producción de cereales se reduce un 5% aproximadamente.
Según el informe The Lancet Countdown: “El aumento de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos amenazan directamente el rendimiento de las cosechas, acortando la temporada de crecimiento de los cultivos en 9,3 días para el maíz, 1,7 días para el arroz y 6 días para el trigo de invierno y primavera”.
A ello contribuyen también las sequías: un 29% más de la superficie terrestre mundial se vio afectada por alguna sequía extrema anual en el periodo comprendido entre 2012 y 2021, en comparación con el período de 1951-1960.
Esto está llevando a un incremento del número de personas en situación de inseguridad alimentaria y los problemas sociales que estas situaciones empiezan a generar desde desplazamientos, malestar generalizado a conflictos y aumentos de precios.
“El cambio climático ya está teniendo un impacto negativo en la seguridad alimentaria, con implicaciones preocupantes para la malnutrición y la desnutrición. Un mayor aumento de la temperatura, de la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos y de las concentraciones de dióxido de carbono, ejercerá aún más presión sobre la disponibilidad y el acceso a alimentos nutritivos, especialmente para los sectores más vulnerables”. Señala Elizabeth Robinson, una de las autoras del informe The Lancet Countdown.
Efectos directos en la salud
El informe The Lancet Countdown también alerta que el calentamiento empeora dolencias cardiovasculares y respiratorias y aumenta las muertes relacionadas con el calor, los problemas mentales y la inseguridad alimentaria. Resalta que las muertes relacionadas con el calor en los mayores de 65 años aumentaron un 68% en el periodo comprendido entre 2017 y 2021 en comparación con el 2000-2004.
Por otra parte, indica que las muertes relacionadas con la exposición a la contaminación atmosférica por partículas tóxicas derivadas de los combustibles fósiles, en 2020 fueron de 1,3 millones de personas.
La crisis climática contribuye además a la propagación de enfermedades infecciosas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la salud de millones de personas podría verse amenazada por el aumento de la malaria, las enfermedades transmitidas por el agua y la desnutrición. Por ejemplo, la duración del periodo para la transmisión de la malaria aumentó un 32,1% en las zonas altas de América, y un 14,9% en África entre 2012 y 2021 (respecto al periodo 1951-1960).
Junto con la pandemia de covid, “el aumento de las enfermedades infecciosas debido al cambio climático ha provocado errores de diagnóstico, presión sobre los sistemas sanitarios y dificultades para gestionar los brotes simultáneos de enfermedades”, añade el estudio.
Tenemos a nuestro alcance soluciones viables para que los países puedan tener una actividad económica más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Si se adopta una amplia gama de medidas tecnológicas y cambios en el comportamiento, aún es posible limitar el aumento de la temperatura media mundial a 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales para que el calentamiento del planeta no supere este umbral