Mientras que en Tuxtla los drenajes saturados por lluvia y basura producen inundaciones, en Mérida las reservas de agua subterráneas están siendo contaminadas, por mal manejo de agua residual y por arrastres del escurrimiento pluvial.
Inundaciones en Tuxtla
Debido a las intensas precipitaciones pluviales del domingo 14 de agosto, se registraron inundaciones en viviendas y el arrastre de vehículos en diferentes puntos de la capital chiapaneca, teniendo como principal causa el taponamiento de los sistemas de drenaje y alcantarillado a consecuencia del exceso de basura.
Ante esta situación se aplicó el esquema de atención y auxilio inmediato de las diferentes dependencias integradas al Plan Municipal de Atención a Contingencia, a cargo de la Dirección Municipal de Protección Civil, con la participación de personal de la Secretaría de Tránsito y Vialidad Municipal, la Secretaría de Desarrollo Social Municipal y la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
Ante estos reportes, el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, a través de la Dirección de Protección Civil Municipal, hace un nuevo llamado a la población para redoblar las precauciones y evitar cruzar zonas de intensas corrientes, así como contribuir y generar conciencia en evitar tirar basura en las calles para mantener al sistema de alcantarillado azolvado y en óptimas condiciones para dar flujo al agua de lluvia.
Ensucia a Mérida agua residual
La ciudad de Mérida enfrenta problemas serios de contaminación del subsuelo debido a que, no obstante su importancia y su tamaño, carece de un sistema de drenaje municipal y la mayoría de los desechos se manejan por medio de fosas sépticas que generan escurrimientos hacia el manto freático.
En muchos otros casos, las viviendas ni siquiera cuentan con este medio para depositar las aguas residuales. Especialistas en la materia sostienen que por todas estas descargas, además de las generadas por la industria de elaboración de tortillas, debajo de la blanca Mérida hay polución por coliformes, nitratos y sólidos suspendidos.Además también ahí desembocan los pozos pluviales y los arrastres por lluvias de grasas, aceites, partículas químicas y sustancias peligrosas.
En el estudio, Proyecto Ejecutivo de Alcantarillado y Saneamiento de la ciudad de Mérida, entregado a las autoridades municipales el pasado 27 de julio, se advierte de un retraso de al menos 30 años en las obras para revertir y controlar el grado de deterioro del primer nivel del acuífero en la ciudad.
Según el diagnóstico, esa primera capa saturada de agua fluctúa entre el metro y medio por encima del nivel medio del mar y los 8.5 a 9 metros, dependiendo de la ubicación y de la topografía de cada sitio.
El estudio elaborado por la empresa Daicos, S.A. de C.V., y que recibió financiamiento de dependencias federales, estatales y municipales, da cuenta de la grave situación y propone medidas urgentes para protección de la salud y del medio ambiente.
Al respecto, la Alcaldesa de Mérida, Angélica Araujo Lara, anunció que gestionará recursos federales para la construcción de una planta de tratamiento de desechos de fosas sépticas y molinos de nixtamal, que estimó beneficiaría a cerca de un millón de habitantes de Mérida. Puede ser licitada este año, en una primera fase y costaría alrededor de 40 millones de pesos para tratar mil metros cúbicos diarios.
A la fecha, Mérida genera cada 15 días unos mil 332 metros cúbicos de residuos de fosas sépticas, sin contar las aguas de nixtamal y otras, que se depositan en lagunas de oxidación, junto al periférico poniente, que ya están saturadas.
Fuente: Reforma