La sequía de este año unida al deterioro en las reservas de agua, están llevando a que aumente el interés por proteger zonas naturales para captar agua de lluvia y recargar los acuíferos. Sin embargo, el escurrimiento pluvial debe pasar por un proceso de limpieza para evitar que contamine las reservas.
Convertirán barrancas de Álvaro Obregón en parques lineales
El jefe delegacional en Álvaro Obregón, Eduardo Santillán, y el titular de la Conagua, José Luis Luege, anunciaron que se destinarán 20 millones de pesos para rescatar las barrancas de esa demarcación y construir en ellas parques lineales.
Luego de un recorrido por el Río San Borja, los funcionarios indicaron que se cuenta con 50 millones de pesos de los tres niveles de gobierno para la recuperación de ecosistemas y construcción de proyectos sociales en 10 barrancas de ocho delegaciones políticas.
Santillán Pérez explicó que la delegación Álvaro Obregón cuenta con siete grandes barrancas, la cuales serán rescatadas e incluso para las de San Borja y El Limbo ya existe proyecto para construir parques lineales.
En el caso de la de San Borja, cuya recuperación se inició hace dos años, dijo que en esta segunda etapa donde había basura y azolve de aguas negras ahora hay un vivero que es atendido por la comunidad y habrá áreas reforestadas y canales de captación del agua de lluvia.
Luege señaló que se rehabilitarán varios pozos de absorción a lo largo de la barranca, conforme se vaya recuperando, y al final en las presas reguladoras se harán cajas de filtración de agua y grandes pozos de absorción que nos permitirían recuperar agua para el acuífero.
En la delegación Álvaro Obregón hay 100 kilómetros lineales de barrancas, por siete de éstas corrían ríos, que forman parte del sistema pluvial del oriente de la ciudad que viene desde La Marquesa y el Desierto de los Leones y que es fundamental para la capital del país al permitir la filtración de agua de lluvia al subsuelo, dijo.
Recordó que antes del inicio de la recuperación de esas áreas había más de 15 mil descargas de drenaje de las colonias aledañas que estaban a cielo abierto, lo que generaba la erosión permanente del terreno y gran riesgo de infecciones.
Puntualizó que se está logrando que las descargas de las viviendas ya no sean a cielo abierto, es decir, que ya no se utilice el cauce de los ríos como el San Borja para depositar aguas negras. Y que ahora vayan hacia un colector marginal.
Fuente: el Arsenal.net
Es fundamental que los órganos de gobierno trabajen de forma conjunta para recuperar las zonas de absorción natural que permitan a los acuíferos recargarse con agua de lluvia. De esta manera se aprovecha el recurso y se ayuda a que el agua no se escurra por superficies impermeables produciendo inundaciones, provocando deslaves y erosionando el suelo. Sin embargo, el flujo del agua de lluvia, arrastra basuras, grasas y otros contaminantes, que deben ser retirados para evitar que saturen los pozos y que se contaminen las reservas de aguas subterráneas, y los ríos y manantiales.
Proyectos para captar agua de lluvia en varios estados
Con una inversión de hasta 40 millones de pesos, la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza) construirá este año infraestructura diversa en municipios desérticos de la entidad para captar agua de lluvia, recursos que se aprovecharán tanto para consumo humano como para mantenimiento de la ganadería.
En mayo pasado la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza) dio a conocer la construcción de 427 obras de captación de agua para el consumo humano y abrevar el ganado en al menos 14 estados.
Tales obras hidráulicas servirán también para la conservación de los recursos naturales con la revegetación de tierras de pastoreo, conservación de suelo y reconversión productiva para forrajes.
En conjunto esa infraestructura tiene una capacidad de almacenamiento de más de 12 millones de metros cúbicos de agua, para cubrir regiones áridas de: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas.
Fuente: El siglo de Durango