El sábado pasado, 22 de abril, fue el día Mundial de la Tierra para muchas personas pasó desapercibido en parte por las vacaciones. Sin embargo, unos días antes, el planeta plasmó su voz con contrastes en México: incendios forestales en Coahuila e inundaciones en el Distrito Federal. Exceso de calor y falta de líquido en un extremo, efectos negativos por lluvias súbitas en otro.
El agua es indispensable para la vida en el planeta y gran parte de su superficie es líquida. Sin embargo 97% del agua es salada, 2% está contenida en hielo y nieve, y tan solo 1% se utiliza para consumo humano. De ese pequeño porcentaje de agua dulce del que disponemos, 69.6% está contenida en forma de hielo, 30,1% están en los acuíferos que están siendo drenados más rápido de lo que pueden recargarse de forma natural y tan sólo el 0.3% del agua dulce del mundo se encuentra en lagos, ríos y pantanos, también sobre explotados y contaminados por las actividades humanas.
En la actualidad en muchas regiones del planeta se vive la escasez de agua. Según cifras de la UNESCO publicadas el 22 de marzo de 2011, una quinta parte de la población mundial, 1,2 millones de personas, vive en zonas que sufren por la falta de líquido. Las estimaciones futuras no son muy alentadoras, en 15 años aproximadamente 1800 millones de personas vivirán en regiones con grave escasez de agua.
Esta situación se está agravando en muchas zonas del planeta debido al cambio climático. Según los últimos datos del National Climatic Data Center, tomados en junio de 2010, la temperatura está 1.07 por encima del promedio del siglo XX. Por otra parte, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció a finales del año pasado que el 2010 fue el año más caluroso jamás registrado, lo cual confirma una tendencia “significativa” del calentamiento planetario a largo plazo. Sin embargo, también fue uno de los años más lluviosos registrados, países como Paquistán, Colombia y México, vivieron los efectos de este exceso de precipitaciones, y podemos recordar las impactantes imágenes de Brasil y Australia de principios de este año. Según datos de la Conagua, en 2010 la precipitación acumulada en México fue de 925 milímetros (mm), lo que representa casi 30% más que el promedio histórico nacional para este mismo periodo, que es de 720 mm. Dejando de lado las cifras, podemos recordar noticias e imágenes de cómo las fuertes lluvias afectaron a distintas zonas del país y a muchas personas en Monterrey, Valle de México, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Veracruz.
La actividad humana está rompiendo con los ciclos equilibrados que antes manejaba el planeta. El agua es el recurso más preciado que nos da y nosotros lo estamos desperdiciando a un ritmo alarmante, sobre explotando las reservas y desaprovechando el agua de lluvia. Los efectos de esta mala gestión los estamos observando desde ya, el Día de la Tierra debería servir para replantearnos muchas cosas. Empresas y sociedad civil, debemos trabajar de forma conjunta con el sector público para promover una mejor utilización del agua.
Sectores de gobierno apoyan medidas sustentables implementadas por empresas
Semarnat y Conagua están lanzando un programa de cooperación con el sector privado, para impulsar la mutua colaboración que lleve a un mejor aprovechamiento de los recursos escasos. El uso eficiente del agua es uno de los ejes de este proyecto que busca incentivar el ahorro del recurso por parte del sector productivo.
El Director General de la Conagua, José Luis Luege aseveró que con el compromiso establecido por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), aumenta de manera importante el respaldo del sector privado hacia la Iniciativa por el ahorro y uso eficiente del agua, lo que permite avanzar en las acciones encaminadas a alcanzar el equilibrio de las cuencas, uno de los cuatro ejes de la política hídrica de largo plazo de la institución establecida en la Agenda del Agua 2030.
El Presidente Nacional de Coparmex, Gerardo Gutiérrez Candiani convocó a cambiar el paradigma: del castigo al incentivo, con proyectos viables y de efectos positivos para la sociedad. En este sentido propuso la creación de un incentivo en la Ley del ISR para deducir el 100% de las inversiones por acciones de reforestación o recuperación de mantos freáticos, e incluir un “crédito” aplicado contra el pago de Derechos por la Extracción de Agua.